¿De dónde
viene el número 666?
Muchos han
leído en la Biblia o han escuchado de él, pero pocos saben de dónde proviene y
por qué se le menciona tan negativamente en el libro del Apocalipsis. Bueno,
ahora daremos un breve vistazo a la historia de este símbolo y lo que
representa.
El número
como tal, tiene su origen de las prácticas religiosas de la ciudad de Babilonia
en los tiempos del profeta Daniel.
Los sacerdotes babilónicos promovieron la adoración
de dioses que estaban asociados con el Sol, la Luna, los planetas visibles del
Sistema Solar y ciertas estrellas relacionadas a la práctica de la astrología
(los babilónicos fueron sus principales promotores). En su sistema de
adoración, contaban con 37 dioses supremos. Uno de ellos, el dios asociado con
el Sol, tenía supremacía sobre todos los demás. Ellos pensaban que de una u
otra manera, los números tenían poder sobre los dioses que adoraban; y por tal
motivo, asignaron números a cada uno de sus dioses (para poder tener poder
sobre ellos). A fin de lograrlo, contaron el número de sus dioses, asignando un
número a cada dios. Luego sumaron los números de cada dios (del 1 al 36) y
asignaron el número resultante de esta suma al dios Sol. Al primer dios le
asignaron el número 1, al segundo el número 2 y así sucesivamente hasta llegar
al dios número 36. La suma de los números del 1 al 36 totalizaba 666, que fue
el número asignado al dios Sol.
La suma fue hecha de la siguiente manera:
1+2+3+4+5+6+7+8+9+10+11+12+13+14+15+16+17+18+19+20
+21+22+23+24+25+26+27+28+29+30+31+32+33+34+35+36= 666
Pero los
babilónicos fueron aún más lejos. Ellos temían mucho a sus dioses, y pensaban
que alguno de ellos podría destruirlos algún día, así que hicieron amuletos con
una matriz de los números ordenada en un cuadro de 6x6, del 1 al 36. A este
tipo de matriz se le conoce actualmente como "cuadros mágicos".
Un amuleto
está diseñado para cumplir un propósito mágico, y ellos evidentemente pensaban
que su uso les protegería de ser destruidos por los dioses, gracias al poder de
la magia.
Estos
amuletos debían ser tan poderosos como fuese posible, así que para incrementar
su poder, ordenaron los números de tal manera que al ser sumados en filas o
columnas, siempre totalizaban 111. Por lo tanto, la suma de todas las 6
columnas y las 6 filas sumaban 666. Esta fórmula suponía una mayor protección,
pues incluía al dios principal asociado al Sol, el cual estaba presente en el
amuleto.
Abajo se da
un ejemplo de cómo estaban ordenados estos números en una matriz de 6x6. Nótese
que la suma de cualquier fila o columna totaliza 111, incluso al ser sumada
diagonalmente. Los antiguos babilónicos inscribían estos números en una pequeña
tablilla de barro, que luego de secarse y barnizarse, era colgada en sus
cuellos. Mientras la usasen estarían protegidos.
6 32 3 34
35 1
7 11 27 28
8 30
19 14 16 15
23 24
18 20 22 21
17 13
25 29 10 9
26 12
36 5 33 4 2
31
La práctica
de crear amuletos con esta matriz como parte de la astrología, fue más allá de
los tiempos de Jesús. Se han encontrado amuletos con inscripciones latinas y se
sabe que los romanos practicaban esta creencia.
Así, el
número 666 surgió de las prácticas de adoración paganas de los babilónicos y su
astrología.
¿Por qué se habla en contra del número 666 y de
Babilonia en el Apocalipsis?
Cuando los
medos y los persas conquistaron Babilonia, llegaron con sus propias prácticas
religiosas y dioses, por lo que ya no había necesidad de mantener a los
sacerdotes del sistema de adoración babilónico. Aunque los persas tenían alguna
simpatía por el dios babilónico "Marduk", y mantuvieron a los
sacerdotes de este dios por un tiempo, la historia nos cuenta que simplemente
despidieron a todo el equipo de sacerdotes para colocar los suyos propios, tal
como sucede en la actualidad cuando hay un cambio de equipo de gobierno en
cualquier país.
Se cuenta que los sacerdotes babilónicos abandonaron la ciudad,
tal vez por su falta de trabajo. Esta circunstancia les instó a buscar un nuevo
campo en el cual desempeñarse, para poder subsistir. Lo encontraron en la
ciudad de Pérgamo, la cual no contaba con grandes fuentes de trabajo, excepto
en el área educativa. Pergamo era una ciudad universitaria, en la que ya se
impartían materias como medicina y leyes. Allí, los sacerdotes impartieron los
conocimientos religiosos que habían practicado durante sus funciones en
Babilonia. Había también en Pérgamo una gran biblioteca con más de 200.000
volúmenes.
De esta manera, las creencias y las prácticas de adoración
babilónicas se fueron extendiendo poco a poco, al igual que el uso de los
amuletos ordenados "mágicamente" con los números del 1 al 36. Esto
continuó hasta cerca del año 133 después de Cristo, cuando el último rey del
imperio murió, dejando el poder a los romanos como última voluntad. Dada esta
coyuntura, los sacerdotes que aún enseñaban la religión babilónica vieron la
oportunidad de ir a Roma. Los romanos eran conocidos por adoptar las prácticas
de otras culturas, algo que por cierto, ayudó a su imperio a sobrevivir durante
toda su existencia. Los sacerdotes babilónicos intuyeron que los romanos
estarían muy dispuestos a aprender y seguir sus enseñanzas. Se establecieron
allí y Roma se llenó de sus doctrinas. Tanto, que llegó a ser conocida como "La
nueva Babilonia". Es por esto que muchas de las referencias de Babilonia
hechas en el Apocalipsis, son realmente un "código" para referirse a
Roma.
Eventualmente,
cuando la iglesia cristiana llegó a Roma, las prácticas y creencias de la
religión babilónica fueron introducidas en ella. Los historiadores concuerdan
en que en algún punto, Roma se convirtió al cristianismo "de la noche a la
mañana", aunque lo que realmente ocurrió fue que la religión babilónica
fue "introducida" en la iglesia, renombrando, por ejemplo, a sus
dioses paganos como "santos" de la iglesia, entre otras cosas. Por
este motivo, no fue difícil para los romanos "convertirse" al
cristianismo, aunque no se tratase de una conversión genuina. Es precisamente
por esta mezcla de paganismo con cristianismo que Babilonia es condenada en el
Apocalipsis.
La práctica
de sumar los números del 1 al 36 continuó, y el Apocalipsis la utiliza como
código para identificar a la bestia: la iglesia que se contaminó con prácticas
paganas, contrariando la voluntad de Dios.
Para
quienes piensen que esto no sucedió de esta manera, los mismos historiadores
católicos así lo admiten. Por citar un ejemplo, el Cradenal Newman en su libro
"Development of Christian Doctrine" dice en sus páginas 272 y 273 que
muchas prácticas religiosas paganas fueron introducidas en la iglesia.
Dice que
la iglesia las "santificó" para que pudiesen ser aceptadas en su
seno. Aunque algunas de estas prácticas puedan parecer relativamente inocuas
¿qué cree usted que piensa Dios de ellas? Considere por ejemplo el hecho que
muchos peregrinos católicos besan cada año en el Vaticano los pies del dios
romano Saturno, creyendo que están besando la imagen de Pedro ¿piensa usted que
Dios aprueba esto? ¡Esta gente está besando los pies de un ídolo pagano! Dios
condena la idolatría y la fabricación de imágenes para ser adoradas. Muchas
imágenes que son adoradas pueden encontrarse en los templos católicos. Esta
práctica babilónica es una violación directa del mandamiento de Dios.
¿Quién es
la autoridad suprema en este universo, Dios o el papa? Parece que la iglesia
Católica piensa que es el papa, porque desde hace mucho tiempo
"eliminó" de los 10 mandamientos el que habla en contra de adorar
imágenes.
Dios dijo en Isaías 48:11 "Por mí, por amor de mí mismo lo haré,
para que no sea profanado mi nombre, y mi honra no la daré a otro." Leamos
esa frase de nuevo: "y mi honra no la daré a otro". Sin duda alguna,
se refiere aquí a la luz que rodea la presencia de Dios, de la cual debemos
estar confiados.
Los versículos en el contexto de esta cita hablan acerca del
gran poder de Dios como creador y su habilidad para conocer el futuro, lo que
sugiere fuertemente que se está refiriendo a Su Poder, Su Autoridad y sobre
todo a Su Posición. Los papas han usurpado esa autoridad y han afirmado tener
el derecho de interpretar e incluso cambiar la Ley de Dios. ¿Les hace esto ser
una autoridad superior a Dios? Incluso conociendo la cita "y mi honra no
la daré a otro". Meditemos en este asunto.
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