Durante la creación en la Biblia, aparece insinuada una tercera presencia humana, Lilith, que precede sus orígenes en la tradición mesopotámica.
La
presencia de Lilith, la primera mujer sobre la tierra antes que Eva, aparece en
la tradición Judía y se hace referencia en el antiguo testamento hebreo antes
de ser traducido al griego en el año 275 en el siglo III AC.
Lo
interesante de esto, es que en la nueva traducción griega solo se hace
referencia a Eva, y se elimina la idea de Lilith.
Según esta
tradición judía, Lilith es esa mujer que precedió a Eva, y que, una vez lejos
de Adán, se convirtió en un demonio que rapta a los niños en sus cunas por la
noche y una encarnación de la belleza maligna así como la madre del adulterio.
Más allá de
esta tradición hebrea, el origen del mito de Lilith parece contar con raíces
sumerias o acadias. En concreto había en Mesopotamia, un grupo de demonios
femeninos derivado de la criatura Lilitú (Lilu, Lilitu y Ardat Lili) con unas
características que responden a esta figura mitológica: eran mitad humanas y
mitad divinas, usaban la seducción y el erotismo como armas; y la noche era su
hábitat natural. Todos estos súcubos, en cualquier caso, tenían las cualidades
de lo que luego se ha representado como los vampiros, aunque cubiertos de pelo,
y derivaban de la palabra "viento" o "espíritu". Esta tradición habría pasado
más tarde a la cultura judía a través de los semíticos residentes en Babilonia.
Los judíos adaptaron así al hebreo el nombre de esta criatura maligna hasta
vincularlo posiblemente a la palabra laila (traducido como noche).
Lilitú
perdió varias cualidades con su versión hebrea, como es su carácter divino,
pero adquirió una personalidad más compleja. Su presencia es frecuente en el
folclore y los textos del Judaísmo, entre ellos el Génesis, según defienden
algunas interpretaciones rabínicas. Así, frente a las dudas que ha generado el
fragmento del Génesis "y creó Dios al hombre (Adán) a su imagen, a imagen de
Dios los creó; varón y hembra los creó", han surgido interpretaciones de
diferentes rabinos a lo largo de la historia que plantean que, o bien Adán fue
creado inicialmente como un andrógino, que poseía un cuerpo femenino y uno
masculino unidos por la espalda, o, como recoge repetidas veces en su obra el
mitólogo inglés Robert Graves, hubo otra mujer antes que Eva, la rebelde y
lujuriosa Lilith, que finalmente abandonó el paraíso.
Esta
versión de Lilith se ha emplazado como una representación de las mujeres cananeas
y su visión de las relaciones sexuales en un periodo, hacia el 586 a.C, en el
que se fusionaron parcialmente los panteones propios de los canaanitas con los
hebreos.
De esta manera, la demonización de Lilith es una crítica a las
prácticas de las mujeres cananeas dadas a mantener relaciones sexuales
pre-matrimoniales y a una sexualidad más abierta que la mostrada por las
hebreas. Lilith es el demonio rebelde, el mal ejemplo que precedió a Eva, más
obediente a lo que Adán esperaba de una mujer. No en vano, algunas de las
cualidades de esta versión de Lilith parecen haberse inspirado en el principal
culto femenino de los canaanitas –el pueblo que según el Antiguo Testamento
conquistaron los judíos tras el éxodo por el desierto–, Asheráh, diosa de los
partos y la fertilidad.
Tras
abandonar el paraíso, Lilith se asentó en la costa del Mar Rojo. Esta región se
caracterizaba, según esta tradición mitológica, por la presencia de
innumerables demonios, con los cuales engendró nuevas criaturas, "a razón de
más de cien por día". Ante este hecho, Dios envió a un grupo de ángeles para
exigirla que volviera con Adán: «Regresa con Adán de inmediato o te
ahogaremos». A lo que ella respondió que ya no podía regresar porque "Dios me
ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos, de los niños hasta
el octavo día de vida (el de la circuncisión) y de las niñas hasta el vigésimo
día".
Finalmente, Dios permitió vivir a Lilith, pero la castigó haciendo que
cientos de sus hijos demoniacos perecieran cada día. Desde entonces, la hermosa
criatura se propuso matar a todos los hijos de Adán y a todas las madres
durante el nacimiento y los días siguientes al parto.
Asi pues, la
presencia del nombre de Lilith en la Biblia se limita a una única mención.
Aparece en Isaías34:14: “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro
llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso”.
En resumen,
tanto la presencia de Lilith como la de Adán y Eva, provienen de la mitología hebrea,
que más tarde le darían vida en el antiguo testamento de la Biblia.
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