El Domingo
de Pascua es una de las más sagradas fiestas de la cristiandad, y famosa en
muchas partes del mundo.
La palabra
Pascua proviene del hebreo pesaj, que significa “tránsito”. Pascual significa
“transición”; esto puede tener varios significados, en el caso de Jesucristo
obviamente pasó un “tránsito” de la vida a la muerte y de la muerte a la
resurrección, aunque en realidad algunas versiones dicen que Jesús no murió,
sino que entró en un estado cataléptico, en el que a voluntad se disminuyen los
signos vitales, al grado de aparentar estar muerto. Son 3 días los que tarda
una persona en salir de ese estado cataléptico. Esta hazaña de Jesús las
enseñanzas esotéricas y metafísicas la explican, y algunos monjes tibetanos han
llegado a dominar esta “técnica”.
La Iglesia
romana fijó irrevocablemente la fiesta de Pascua de Resurrección el día domingo
que sigue inmediatamente al decimocuarto día de la luna de marzo. Los
cristianos de oriente celebraban esta fiesta el día decimocuarto de la luna que
sigue al equinoccio de la primavera, no importando que día de la semana cayese.
Por eso se le dio el nombre de cuartodecimanos.
La
celebración de la Pascua reúne variadas tradiciones antiguas y asociadas entre
los que practicaban la fe cristiana y por otra parte los orígenes no relatados
de las religiones paganas. La fiesta es esencialmente una convergencia de
varias costumbres paganas muy antiguas y costumbres cristianas, así como
algunas de origen hebreo. Pascua toma su nombre de Ishtar, la diosa babilónica,
y Asiria la diosa de amor y fertilidad. Los fenicios también la conocieron como
Eaéstre, una hermana y consorte de Baal, un dios a quien se rindió culto en
muchas partes del mundo oriental. Algunos de los hebreos antiguos también le
rindieron culto a Baal.
Estas
tradiciones antiguas gradualmente se popularizaron a lo largo de Europa, y
“Eaéstre” se volvió la diosa anglosajona de primavera, que daba énfasis a
fertilidad y el sol creciente. El mes de abril se dedicó a ella, y la antigua
palabra para Pascua se refiere a Eaéstre. La fiesta de Eástre era famosa en el
equinoccio vernal, cuando día y noche reciben una porción igual de luz y
oscuridad.
Durante la
edad media, misioneros que buscaban convertir las tribus bárbaras al norte de
Europa comprendieron que el tiempo de la muerte y la resurrección de Jesús
también coincidían con la celebración de Teutonic que se realizaba en
primavera. La diosa de fertilidad Teutonic era conocida como “Ostern”. Al
popularizarse estas celebraciones y coincidir con el equinoccio de la primavera
dando énfasis al fin de invierno y un renacimiento de naturaleza, se vio como
el triunfo de vida sobre la muerte. Los misioneros de la cristiandad enseñaron
que estos acontecimientos también apuntaban a la resurrección de Jesús.
El término
equivalente en inglés de Pascua es Easter, que viene de Ostara, la diosa
escandinava de la primavera, aquí ya entramos en el tema de la “muerte y
resurrección” del Sol, lo cual también es un tránsito. Ostara era el símbolo de
la resurrección de toda la Naturaleza, y era adorada al principio de la
primavera. Cristo representa el Sol de la primavera que despierta con toda su
gloria después de su prolongada muerte en el invierno.
En esa
época del año, la Pascua, los antiguos paganos escandinavos intercambiaban
huevos de color, llamados “huevos de Ostara”, que actualmente son los “huevos
de Pascua”.
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