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Friday, 15 January 2016

TRAS LA PISTA DE LA ESTRELLA DE BELEN


¿Qué fue la estrella de Belén?

 En este punto hay infinidad de hipótesis para todos los gustos, desde las más ortodoxas a las más descabelladas. Por ejemplo podríamos hablar de una estrella espontánea y de origen divino, o de un objeto volador no identificado (definición científica que poco o nada tiene que ver con los "platillos voladores"), pero hay otras hipótesis que consideramos como más viables. Dentro de la astronomía se postula que la estrella de Belén pudo ser un cometa muy luminoso que surcó los cielos de la época o una estrella que explotó como una colosal supernova. Sin embargo estas hipótesis se debilitan ante los hechos conocidos. Primero, no existe registro de ningún cometa luminoso en aquella época, además de que los antiguos (y uno que otro ignorante moderno) consideraban a los cometas como signos de catástrofes. Es segundo término, no existe ningún registro de una explosión de supernova para esa época, la cual habría sido registrada por las diversas civilizaciones del planeta, como ha ocurrido con portentos semejantes en otras fechas.
Descartadas ambas hipótesis, consideremos ahora una valiosa ayuda lingüística. Los textos evangélicos al referirse a la estrella de Belén utilizan la palabra latina "stella" que significa indistintamente estrella, grupo de estrellas, constelación o conjunción. Por lo tanto bien pudo ser más bien una conjunción de estrellas o planetas. Basándonos en esta hipótesis todo es cuestión de utilizar una computadora con el programa adecuado para localizar una conjunción importante que haya sido presente entre los años 8 y 6 antes de nuestra era.
En este punto, puse a trabajar uno de tantos programas de simulación astronómica que existen en el mercado. En particular el programa "EZCosmos". Ante mi asombro una de tantas simulaciones dio como resultado una curiosa conjunción que tuvo lugar en el Cercano y Medio Oriente. El Sol, la Luna y cuatro planetas, los más brillantes del firmamento, se reunieron prácticamente en la constelación de Piscis. Allí encontramos al Sol y la Luna siendo escoltados por los planetas Júpiter, Saturno y Venus. Todos ellos en la constelación de Piscis. Mientras que en la vecindad se encuentra Mercurio en la frontera entre Piscis y Acuario. ¡Esta es la "Stella de Belén"! ¡En otras palabras "La conjunción de Belén"!

¿Pero existen bases suficientes para sostener que Jesucristo nació aproximadamente hacia esa fecha?

Probablemente. Simplemente consideremos los siguientes factores. Parece extraño que si apareció un portento celeste como la "Estrella de Belén" solamente el evangelista San Mateo lo reportara, y no existen más escritos al respecto en la región. Esto se explicaría con nuestra conjunción fácilmente, pues al participar el Sol de esta conjunción, es obvio que ni Piscis, ni la luna y los planetas serían visibles durante el día y por lo tanto solo los sabios versados en astronomía y astrología tendrían conocimiento de tan inusual acontecimiento. Precisamente es aquí donde entran en relación los Reyes Magos (que probablemente provenían de Persia) y que eran capaces de calcular cuando ocurriría una conjunción de este tipo. Además, como en Persia predominaba la religión de Zoroastro, los Magos de oriente seguramente relacionaron la conjunción con una profecía de Zoroastro sobre la venida del Mesías, que junto con los textos de los profetas hebreos - principalmente Miqueas - señalaban que el mesías nacería en Belén de Judá.
Además agregaremos de dato que si había pastores con sus ovejas en los campos durante la fecha de su nacimiento, esto no podía ocurrir entre noviembre y los albores de marzo que es el periodo de parto de las ovejas, según el Talmud, y se mantienen en corrales cerrados. Justo a tiempo habrían salido los pastores para adorarlo.
Ademas, se supo que dicha conjunción había sido sugerida como "estrella de Belén" nada menos que por Johannes Kepler hacia el año 1606. La única diferencia es que Kepler pudo tardar años haciendo cálculos para encontrar dicho "portento celeste" mientras que yo solo necesite unos pocos minutos con una computadora. Cabe agregar que determinadas conjunciones simples de planetas tienen lugar cada veinte años, mientras las triples son cada doscientos cincuenta y ocho años. La última se observó en 1940-41 bajo el signo de Aries y no se repetirá hasta el año 2198.
También existen algunas leyendas en torno a la estrella de Belén. Según las crónicas bizantinas, se desplazó con parsimonia, siempre al costado derecho de los Reyes durante todo el viaje, muy baja, de modo que iba casi rozando las palmeras. La tradición persa dice, según P. Marckel, que la estrella era roja. El lapidario bizantino Teodoros Angelis, de acrisolada estirpe imperial, afirmó que al concluir su providencial cometido estalló espléndidamente como una flor de luz y los trozos se esparcieron y son hoy todos los rubíes que existen en la Tierra.

Y para concluir el último dato: la "Conjunción de Belén" tuvo lugar sobre la constelación del Piscis, en un periodo en el cual los astrónomos-astrólogos de la antigüedad consideraban se iniciaba la era de Piscis, y de allí su influencia en la religión que predominaría para esta era. Piscis simboliza el pez, un símbolo que caracteriza a la religión cristiana. ¡Y Jesucristo es el pescador de hombres...!

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